Reportaje: Chile: Uno de cada tres encuestadas/os evalúa negativamente el rol de su padre en la crianza

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Publicado el noviembre 19, 2014 con SIn comentarios

ENCUESTA Nacional Bicentenario 2014 UC-Adimark: Uno de cada tres encuestados/as evalúa negativamente el rol de su padre en la crianza
PAULA LEIGHTON N.
El Mercurio A12, 19 nov 2014

Falta de tiempo y poco apoyo emocional son las mayores insatisfacciones respecto del progenitor. Pese a ello, el 85% de estos se siente satisfecho de su paternidad.

La educación moral y ética y el apoyo emocional que entregaron a su hijo son los factores que más del 90% de los padres chilenos se siente satisfecho de haber cumplido en su labor de crianza.
Pero a ojos de sus hijos e hijas, esa percepción dista mucho de la realidad. Uno de cada tres (31%) se reconoce insatisfecho o muy insatisfecho del rol que le cupo a su padre en la crianza.
Esta es una de las conclusiones de la Encuesta Nacional Bicentenario 2014, elaborada por la U. Católica y GfK Adimark.
La encuesta, que abordó diversos temas asociados a la familia (ver recuadro), hizo este año un especial foco en el rol paterno en la crianza y la opinión que padres, madres e hijos de ambos sexos tienen al respecto.
La mayor brecha se da entre el 91% de padres que se sienten satisfechos con el apoyo emocional ofrecido a su hijo, opinión que comparten solo el 59% de los hijos e hijas (ver infografía).
Esta visión particularmente crítica «probablemente indica una imagen convencional de la paternidad como la que provee seguridad económica y transmite valores y normas, pero no ofrece el tiempo necesario para la comunicación y el apoyo en las decisiones que toman los hijos», explica el sociólogo Eduardo Valenzuela, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UC y parte del equipo que realizó la encuesta.
«Esa evaluación crítica de los hijos no es del todo mala, porque habla de una mayor conciencia de parte de los hijos de sus necesidades emocionales», apunta Pamela Soto, académica de la facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales.
Para el psicólogo Francisco Aguayo, director de la consultora EME (Masculinidades y Equidad de Género), hay factores culturales y sociales que explicarían la brecha entre las percepciones de padres, madres e hijos.
«Lo que hemos visto en otros estudios es que los padres juegan un rato con los hijos o hacen algunas tareas de crianza y sienten que cumplieron su cuota. Esto responde a que muchos se siguen viendo principalmente como proveedores económicos». Agrega que aun cuando en las generaciones jóvenes y con mayor nivel educacional se observa una mayor participación en las labores de crianza, a nivel general este ha sido un «cambio lento y paulatino» y «nos faltan varias décadas para alcanzar el nivel de países desarrollados».
Posibilidad de cambio
Pese a ello, la encuesta da cuenta de un cambio generacional en la evaluación del padre. Mientras el 35% de los mayores de 55 años está insatisfecho con la crianza paterna, en el grupo de 18 a 29 años la cifra cae a 19%.
A juicio de José Olavarría, sociólogo e investigador en masculinidad, género y familia, al analizar la trama detrás de la insatisfacción que reportan madres e hijos sobre el rol del padre en la crianza, se observa «que crecientemente hay menos configuraciones familiares donde viven juntos madre, padre e hijo. Así, muchos de los hijos ENCUESTADOS están hablando de un padre con el que no vivió o vivió muy poco tiempo».
¿Qué pasaría si la misma ENCUESTA se hace dentro de 20 o 30 años?, ¿evaluarían mejor los hijos e hijas el rol de sus padres en la crianza? Para Olavarría, «las respuestas van a ser las mismas si no cambian las condiciones del mercado». Esto, añade, porque por más que traten de ejercer su paternidad, muchos hombres están limitados por factores ajenos a su voluntad, «como su horario de trabajo, su ingreso y la sustentabilidad de su empleo. Como su rol principal sigue siendo de proveedor, él va a tratar de asegurar su trabajo y lo demás dependerá de que lo logre».
Para favorecer una paternidad más activa se necesitan cambios estructurales y culturales, coincide Aguayo. «Para que los padres tengan más espacio en la crianza se requiere mayor participación de la mujer en el mercado laboral e igualdad de salarios, de manera que exista la opción de decidir libremente quién se queda en la casa a cuidar a los hijos». A esto se suma «que a nivel jurídico se reconozca que la tuición la pueden tener los hombres y que los empleadores acepten que el hombre cuide al hijo si se enferma».
Para Pamela Soto, es importante también que el rol del hombre en la crianza no sea visto como una función secundaria o de apoyo a la madre, sino como una responsabilidad del padre y un derecho de los hijos.
Mayor apertura hacia el matrimonio homosexual y la convivencia
Desde 2006 a la fecha, la Encuesta Bicentenario muestra que los chilenos han ido tomando posturas más abiertas frente a temas valóricos asociados a la familia (ver infografía). Donde mejor se aprecia este fenómeno es en la aceptación de que «las parejas homosexuales deberían tener derecho a casarse», la que pasó de 32% en 2006 a 51% este año. Este salto es visto por Eduardo Contreras como «un punto de inflexión» que va en línea con la rapidez con que esta percepción ha crecido en el mundo. Esta aceptación, agrega, seguirá en alza, considerando que «los jóvenes lo apoyan muy fuertemente y personas religiosas -que antes se oponían- están cediendo». Sin embargo, los chilenos son más reticentes a aceptar que «las personas homosexuales deberían tener derecho a adoptar niños». Aquí está de acuerdo el 33% y en desacuerdo el 50%, «lo que echa un manto de duda sobre la aceptación genuina del matrimonio gay», dice Valenzuela.
Convivencia y matrimonio
Entre 2006 y 2014 ha ido perdiendo aceptación la idea de que «cuando hay hijos de por medio los padres deben permanecer juntos aunque no se lleven bien». Sin embargo, más novedoso, recalca Valenzuela, es «la aprobación creciente de la convivencia como una forma permanente de formación de familia». Esto se refleja en que solo un tercio de los encuestados cree que los convivientes deben casarse cuando deciden tener un hijo.
«En su conjunto, todo esto muestra una pérdida del sentido propio del matrimonio en la cultura actual, especialmente entre los jóvenes, a pesar de que el horizonte de un vínculo conyugal indisoluble sigue siendo una aspiración predominante», opina el sociólogo, aludiendo a que 63% de los encuestados está de acuerdo con que «el matrimonio es un compromiso para toda la vida», cifra que mostró un alza significativa respecto del 56% que opinaba así en 2013.
Aborto bajo ciertas causas
La aprobación del aborto bajo ciertas causales también ha aumentado. El 52% que en 2006 no lo aceptaba «bajo ninguna circunstancia» se redujo a 34% este año, mientras que quienes lo aprueban «solo bajo alguna circunstancia» aumentaron de 42% a 58% en el mismo período. Las causales más aceptadas son cuando la salud de la madre está en riesgo (59%) y cuando ha quedado embarazada por una violación (58%).
Pero solo 8% lo acepta bajo cualquier circunstancia, cifra que no muestra variaciones importantes desde 2006. «En este sentido, nuestra cultura sigue siendo claramente antiabortista», dice Valenzuela, quien destaca que «el aborto es el único tema moral en que los jóvenes opinan más o menos lo mismo que los adultos, lo que indica que la controversia moral del aborto trasciende las definiciones convencionales de liberal o conservador».
Ficha técnica
La ENCUESTA Bicentenario 2014 se realizó entre junio y julio pasados en forma presencial a 2.012 personas mayores de 18 años de todo el país. Su margen de error es de 2,2% y el margen de confianza, 95%.

Fuente: http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2014-11-19&dtB=19-11-2014%200:00:00&PaginaId=12&bodyid=1

http://diario.elmercurio.com/2014/11/19/ciencia_y_tecnologia/ciencia_y_tecnologia/noticias/22EC9D99-E5D0-41F0-884C-BEA9C36309A9.htm?id={22EC9D99-E5D0-41F0-884C-BEA9C36309A9}